Los días en Koh Phangan habían llegado a su fin, necesitaba ponerme de nuevo en marcha y la costa Oeste de Tailandia siempre me había llamado poderosamente. Había visto cientos de veces las fotos de los long-tails (barcos de cola larga típicos de este país) frente a las formaciones rocosas puntiagudas, así que no me quedaba más remedio que comprobar que todo eso era tan paradisíaco como aquellas prometían.

Saltar hacia Krabi desde Phangan fue juego de niños. Pegatinas doradas en el pecho de Songserm y fui trasladada junto a un nutrido puñado de guiris cual ganado porcino hacia la otra punta del país.

Llegamos con retraso, era de noche y nos dejaron en una terminal de buses a las afueras de la ciudad en la que solo parecía haber el que se hacía llamar dueño de un resort mochilero de cinco estrellas. No quedó otra, hice piña con los backpackers de turno y esa noche acabé compartiendo habitación con dos chicas noruegas que querían dormir con la temperatura de un fiordo.

Ansiosa (y muerta de frío), a la mañana siguiente, y tras haber visto en el trayecto hacia Krabi unas espectaculares montañas, me lancé hacia Railay (o Rai Leh), una pequeña península conocida por sus formaciones kársticas y sus preciosas playas.

Phra Nang, la estampa más típica de Railay

Phra Nang, la estampa más típica de Railay

Viajar sola tiene un serio inconveniente si el bolsillo preocupa, ya que el alojamiento puede llegar a ser el doble de caro cuando el “magnate” hotelero de turno no quiere entender que solo va a ocupar una persona la habitación. Así que, en la caza y captura de algo muy barato, empecé a dar vueltas por los diferentes hoteles de Ton Sai, la zona pobre de Railay, donde los amantes de la escalada encontrarán también su paraíso.

En los viajes, como en la vida, se pasa regular y, a veces, mal. Te pasan cosas que en el momento parecen el desastre absoluto pero que, con perspectiva, solo hace que recuerdes el momento con cariño y eso es lo que me pasó con la cabaña de Ton Sai.

Y es que Railay no me pareció el paraíso que las fotos enseñaban. Railay Este, llena de chiringuitos baratos y manglares, no era nada del otro mundo. Phra Nang, la playa de película con el islote en el centro y mi objetivo para ver en Railey, es preciosa pero el mar se la come literalmente cuando sube la marea, dejando arrinconados al centenar de turistas que llegaron de pronto en cinco barcos distintos mientras intentaba disfrutar de ella.

Me hice fuerte en Railay Oeste casi por obligación. La marea había subido y prácticamente estaba acorralada. Una cosa “curiosa” que tiene hospedarse en la parte pobre de la isla es que el camino que une Rai Leh West con Ton Sai se vuelve impracticable con la marea alta. Intentando que no cundiera el pánico pensando que la noche la pasaba en la playa, esperé (casi) tranquilamente a que las aguas bajasen rezando al todopoderoso para que fuera antes del anochecer.

Railay Oeste, la menos querida por todos

Railay Oeste, la menos querida por todos

No tenía otra alternativa, así que hice las paces con esta parte de Tailandia que no me había gustado nada sentada en la arena. Railay Oeste me terminó ganando a pesar de que el agua no sea tan espectacular como me la habían pintado.

Una vez en Ton Sai me di cuenta del cuartucho que me había agenciado. Necesitaba compañía y no fue la música la que lo hizo sino la preciosa cucaracha que salió de la taza del WC y el sapo de la esquina del baño. Refugiada en mi mosquitera, que bien podría ser una esfera protectora, y con la banda sonora de las frutas del árbol cayendo encima del techo de la cabaña pasé la noche. Ya tenía algo más que recordar, una historia más que contar porque, al fin y al cabo, ¿para qué se viaja?

Las cabañas que serán recordadas...

Las cabañas que serán recordadas…

Datos útiles

Viajé desde Koh Phangan hasta Krabi con Songserm, quienes hacen un trayecto en ferry hasta el puerto de Surat Thani para después tomar el bus. La duración del viaje es de aproximadamente 5 horas y cuesta 650 THB.

Para llegar desde Krabi, lo más sencillo es tomar un long tail desde Ao Nang hacia Ton Sai o Railay Oeste por 100 THB. Preparaos para mojaos un poco… en temporada de lluvias el agua suele estar movida y es recomendable tener protegida la mochila y los objetos de valor.

Desde Railay pueden tomarse ferrys hasta Krabi, Phuket o las vecinas Phi Phi Islands comprando el billete en cualquier agencia. Yo me moví hasta las turísticas Phi Phi (2 horas) por 380 THB en speed boat, con regateo incluido.

El alojamiento más barato se encuentra en la playa anexa de Ton Sai, zona que estaba bastante muerta en mi visita en temporada baja. Los precios para un bungaló MUY básico van desde los 100 a los 300 THB. Yo me quedé en Banyan Tree Resort en Tonsai por 150 THB, bien para los amantes de la aventura y la naturaleza en el interior de las habitaciones…

Para cruzar desde Ton Sai hacia Railay Oeste existe un camino a través de una pequeña montaña al alcance de todo el mundo y que no lleva más de 15 minutos. El problema viene cuando la marea sube, ya que no se puede acceder a la entrada del camino desde Railay Oeste. Con consultar el horario de las mareas con antelación y tomando un long-tail que las una debe de ser suficiente aunque ojo que en temporada baja no hay muchos barcos que unan ambas islas.

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