Aterrizo con la excitación y el miedo de estar en un país desconocido. Llevo años soñando con venir a Sri Lanka y nunca he sabido explicarme a mí misma por qué. El sur de India siempre me llamó pero la vida isleña me atrapa y una vez me siento tontamente protegida sabiendo que estoy rodeada por el mar aunque no pueda verlo.
Un nuevo sello en el pasaporte sin mucho problema y, tras atravesar un puñado de tiendas de electrodomésticos (¿?) frente a los duty free de la terminal, me aprovisiono de la que será mi nueva moneda, la rupia esrilanquesa en unos billetes que dan ganas de coleccionar al instante. Color, color y color, la moneda de Sri Lanka parece presagiar lo que vas a encontrar en la que llaman la Lágrima de India.
La primera sonrisa de este país me la regala el chico de la tienda de Airtel al que le compro una tarjeta de teléfono e internet -¡1,7 GB por 600 rupias/3,40€!-, es un amor y, al enterarse de que soy española, siente una compasión tremenda por nuestro equipo en el Mundial de Brasil. ¡Ay lo que acaba uniendo el fútbol alrededor del mundo…!
Salgo a la calle y si pensaba que en Bangkok la humedad era asfixiante es que no conocía Sri Lanka todavía… Me refugio en el bus público con aire acondicionado que me deja en la estación de Colombo en aproximadamente una hora. En el camino solo veo colores, verde que me alegra las pupilas, palmeras por doquier, tuk-tuks en tonos rojos y azules que me llevan de nuevo a mis días en India. Reconozco que me emociono rápido y eso es lo que me pasó en mi primer día en Sri Lanka, se me erizaba la piel.
Soy la única turista andando hacia la estación de trenes y la gente me mira curiosa y me sonríe. Empiezo a analizar cada cosa que me pasa intentando adaptarme a un país nuevo y ahora me doy cuenta de que sacaba pequeñas conclusiones que tras 21 días son verdaderos axiomas. Sri Lanka puede que tenga la gente más sonriente y más servicial del mundo, me sentí querida en el desconocimiento en todo momento.
¿El primer billete hacia Anuradhapura? me quedo alucinada con el precio, el trayecto de 6 horas en tren no llega a 1,70€ y consigo asiento (después de correr como una condenada) junto a un chico tímido que me acaba comprando un par de rambutanes y me los regala. Creo que no podré almacenar en mi memoria tanto templo o tanta estatua de Buda pero siempre me acordaré del primer viaje en tren por Sri Lanka.
Mi nuevo amigo hecho a base de gestos se baja en una estación después de un par de horas, aún tengo cuatro por delante pero una chica de unos veinte años va a alegrármelas.
Se sentó al lado mía y me regaló una sonrisa de oreja a oreja, llevaba a su sobrina de 5 años en brazos. La pequeña vivía con sus abuelos porque su madre trabajaba en Dubai como asistenta de la Princesa. Ishani estudia Arte y Relaciones Internacionales en la Universidad de Colombo y, a pesar del inglés escaso que sabía, me contó que cada día se levantaba a las 4:30 de la mañana para llegar a la facultad. Llegamos a hablar de todo, tan distintas y tan iguales al mismo tiempo.
El tren discurre entre palmerales y arrozales de ese verde que solo se ve en Asia. Aparece una majestuosa estupa blanca entre el arrozal y no quepo en mí. Puede que esa sea una de las imágenes de Ceilán que tenía en mi mente desde hace años.
El sonido del traqueteo se ve interrumpido cada dos minutos, ¡en este tren se vende de todo! Mis pupilas absorben todo lo que pillan, escribo como una posesa en el cuaderno, ¿café? ¿té? ¿una pasta de lentejas con toneladas de chili? ¿cacahuetes? ¿rambutanes? Intento anotar mentalmente la llamada de los vendedores en singalés.
Al final descubro que Ishani va con toda su familia a Anuradhapura a pasar el fin de semana. Como cualquier familia española , an cargados de snacks para el camino, me han adoptado como una más y me han debido de ver con hambre porque al final comparten conmigo dos sándwiches de mermelada, patatas fritas, cacahuetes con chile y hasta una especie de fanta amarilla fluorescente mientras tengo en mi regazo a la enana que no para quieta y que no para de llamarme guapa. ¡Guapa no seré pero feliz estoy un rato!
Samitha me dibuja en el cuaderno un tren surcando palmeras y una niña sonriente con el pelo tan largo como el de las colegialas esrilanquesas que veré durante el resto del viaje. El corazón se me derrite cuando me regala una pluma de un pájaro azul que tenía guardada en su mochila. Este es el primer día y ya me siento la más afortunada de todo el país.
El tren llega a la ciudad, es de noche, estoy cansada y no tengo alojamiento… No fue difícil acabar teniendo una cama decente y en un sitio agradable a pesar de que Anuradhapura ya estaba muerta a las 8 de la noche. Esa noche me duermo pensando que tengo toda Sri Lanka para mí por delante…
Datos útiles
El Aeropuerto Internacional de Bandaranaike está a 35 kilómetros al norte de Colombo, en la ciudad de Negombo. La forma más barata para llegar al centro de la capital es tomando el bus público que hay justo a la salida de la terminal a mano izquierda. El precio es de 120 rupias y circula por la nueva autopista, por lo que un trayecto sin tráfico debería ser aproximadamente una hora.
La estación de buses y la estación de tren están a una distancia fácilmente alcanzable a pie (10 minutos máximo).
Los horarios de trenes hacia los diferentes puntos de la isla pueden verse fácilmente en la web de Sri Lanka Railways. Existen dos opciones hacia Anuradhapura, la express (unas 4 horas) y la ordinaria (de 6 a 7 horas). La segunda opción en segunda clase -con asientos más cómodos que en tercera pero sin plaza asignada- cuesta 290 rupias.
El alojamiento que encontré a pie de calle en Anuradhapura fue el más caro de todo mi viaje por el país. Quizás pequé de pardilla por estar recién llegada pero el Melbourne Tourist Rest Hotel fue uno de los más limpios y agradables en los que estuve. El precio para una persona en habitación doble tras regateo fue 2.000 rupias, aunque pienso que puede conseguirse por menos. Está en un paso de la calle que ofrece más alojamiento en la ciudad, Harischandra Street y la zona antigua de Anuradhapura se encuentra a unos 10 minutos en bicicleta, que puede alquilarse en el hotel por 400 rupias.
He de reconocer que Sri Lanka es uno de esos paises a los que, por desconocimiento, tengo cierto “miedo” infundado.
Pero tu relato me ha resultado del todo inspirador, tanto, que estoy deseando leer nuevos relatos sobre este maravilloso y desconocido pais.
Gracias y no dejes de contar tus experiencias con tanta pasion.
Saludos! 😀
¡Muchísimas gracias por comentarme!
Sri Lanka no debería darte ningún miedo, es un país totalmente seguro y fácilmente viajable hasta para una renacuaja sola como yo. Te animo 100% a que viajes hacia allí en cuanto puedas.
No lo he dicho en este relato pero yo lo considero una India mucho las light. Para nada tiene las estridencias del país vecino y recorrerla es mucho más sencillo. Espero ir enseñándolo poco a poco en el blog 🙂
¡Gracias a vosotros por leerme!
Un saludo hasta Málaga (mis padres viven por allí y he pasado un tiempo)
ademas de guapa, seguro que estabas radiante de felicidad y de todo lo que tus pupilas estabana captando. Eres una esponja que vas absorbiendo lo que la vida te va presentando y los que te seguimos desde tu blog tenemos la suerte de percibir algo de esa belleza. Besos y gracias
¡Como lo sabes! Más feliz que una perdiz 🙂
Besos y gracias a vosotros por mil
Me has transportado a sri lanka, a tu viaje y hasta me he emocionado!!! gracias por mejorar mi día un poquito con tu relato, me gusta mucho como transmites lo que has vivido
Besos y sigue haciendo que me enamore de mas lugares con tu viaje ^^
¡Muuuuuchas gracias por comentarme!
¡Me alegro de que te haya gustado! Es lo que suelo escribir en mi cuaderno de viajes 🙂
¡Dentro de un poquito más historias!
Un beso :*
Gracias por compartir esto conmigo creo yo que sentiría lo mismo abrazo
Sri Lanka es un país que tengo en el punto de mira desde hace tiempo, seguiré leyendo encantada todos los relatos de este país hasta que tenga la oportunidad de verlo por mis propios ojos… Así qué sigue contándome, por favor!! Un fuerte abrazó desde los madriles.
¡Sigue teniéndolo ahí! Cuando vayas no te vas a arrepentir 🙂
¡Intentaré actualizar todo lo que pueda! Sabes que estar en ruta y escribir es difícil…
Un besazo desde Laos
Hola Claudia,
No te conozco de nada. Acabo de encontrar tu blog de causalidad, y ahora mismo estoy muerta de la envidia. Tengo planeado hacer ese mismo viaje dentro de unos meses y creo que tu blog me será de gran utilidad. Te seguiré en tus aventuras aunque me pongas los dientes largos de envidia!!! Disfrutalo1
Hola Sonia,
¡Qué ilusión que me escribas! ¡Ánimo entonces con el viaje y si necesitas algo, aquí estoy para lo que quieras!
Un abrazo
¡Sonia, qué ilusión recibir un mensaje como este! me alegro mucho de que vayas a hacer lo mismo, igual nos encontramos por el camino 😉
¡Nos vamos leyendo!
Mil gracias por comentarme 🙂
Muy buenas Claudia
Soy Victor, de Zaragoza pero ahora mismo estoy viviendo en Chennai.
Me ha gustado mucho tu crónica de Sri Lanka (he descubierto tu blog por Fb) y ya que estoy voy a pedirte consejo.
Este diciembre pasaré 4 dias en la isla (son pocos ya lo sé) y te agradecería mucho que me comentases cual es en tu opinión la mejor ruta para conocer la isla llegando y saliendo desde Colombo.
LLevo 3 meses en India asi que estoy acostumbrado al turismo de aventura, cuanto más emocionante sea mejor.
Muchas gracias y un saludo
Victor
¡Hola Víctor! Gracias por escribirme 🙂
La verdad es que me pones en una situación difícil, 4 días en Sri Lanka no son nada… La cuestión más importante es que los trayectos son largos y cerca de Colombo no hay nada que ver. Las atracciones más cercanas están a unas 6 horas.
Puestos a aprovecharlos, yo te diría que depende de lo que te apetezca hacer. Si te apetece un poco de cultura yo me decantaría por Dambulla, Sigiriya, Minneriya y Polonnaruwa.
Sin embargo, si quieres más naturaleza y un clima algo fresco viniendo de India quizás te interesa conocer las Tierras Altas con sus plantaciones de té (Nuwara Eliya) y Ella haciendo un poco de trekking y viendo las montañas del país.
Creo que estos son los dos planes que podrías hacer teniendo cuatro días.
También pienso que si te apetece playa podrías acercarte al sur (Unawatuna, Tangalle, Mirissa), donde también puedes hacer surf.
¡Cuestión de lo que prefieras!
Espero que te sirva 😉
Un saludo
Muchisimas gracias Claudia, seguiré tus consejos a la hora de planear el viaje.
Si te acercas por el sur de India y necesitas consejos o cualquier otra cosa no dudes en avisar, voy a quedarme aqui una buena temporada.
Un saludo
Victor
Lo he leído de nuevo y he llorado como la primera vez. Todo espíritu, todo emoción y toda tu. Gracias por compartir tus emociones. Besos
Me encanta leerte! Por unos momentos me he imaginado que era yo la que estaba en ese tren
¡Muchas gracias, Carmen! Eso es lo que intento 🙂