Lo mío con el mar venía de largo. No solo he pasado veranos eternos en una casa en el Sur de España a un minuto andando de la playa sino que vivir en Filipinas me abrió la puerta a un mundo al que mucha gente le tiene miedo (muchas veces injustificado). Hablo de toda la vida que existe bajo el océano y que para mí se convirtió en una obsesión desde el minuto uno.

Cuando entré en el agua por primera vez en Anilao (Filipinas) supe que había entrado en un terreno peligroso. Me había enamorado tontamente de la tranquilidad de estar bajo el mar simplemente observando lo que muchos no saben ni que existe, un mundo en tecnicolor, en rosa, verde y azul intenso en el que habitantes de otros miles de colores viven ajenos a lo que pasa ahí arriba. Estaba perdida, desde ese momento empecé a buscar la manera de visitarlo cada vez que pudiese… hasta que volví a España y los precios de las inmersiones simplemente se escapaban de mi presupuesto.

Casi dos años y medio después de la última inmersión en los pecios de Coron -lugar al que cualquier amante del buceo debería peregrinar al menos una vez en la vida- lo primero en lo que pensaba cuando imaginaba mi vida en Tailandia era en calzarme de nuevo las aletas. Dicho y hecho, Koh Tao parecía el lugar perfecto por muchas razones obvias, así que me dejé llevar por las miles de buenas críticas sobre el buen rollo de IHASIA, pedí alojamiento y miles de inmersiones a Brujo, el alma máter de esta escuela de buceo 100% española.

La fachada de Ihasia, mi casa en Koh Tao

La fachada de Ihasia, mi casa en Koh Tao

Al poner un pie en IHASIA, Fanny y yo respiramos un ambiente muy sano. La filosofía mochilera acorde con la nuestra, que se basa en ofrecer escandalosamente buenos precios tanto para los cursos de iniciación (open water SSI, advanced…) como para las inmersiones independientes (fun dives). Esto, unido a una habitación con vistas al mar a un tremendo precio, hace que dedicarse unos días a submarinismo no sea solo cosa de ricos.

Aunque estaba decidida a ir a por el siguiente título de buceo (PADI Rescue Diver), tanto tiempo sin darle al tanque no lo hacía el mejor momento, por lo cual me decidí por simplemente disfrutar de los fondos de la isla y llegué a hacer 7 fun dives siempre en puntos distintos. En todos el agua tenía una temperatura estupenda (30-31º), la corriente era apenas nula y la visibilidad muy buena, así que salí más que encantada de ellas. ¡Desde aquí las gracias a Toni y a Marc por dirigirme por los fondos marinos!

El equipo de Ihasia antes de la inmersión

El equipo de Ihasia antes de la inmersión

Casi todas mis compañeras de aventuras durante mi semana en Koh Tao no habían probado a bucear nunca, así que ellas se convirtieron en sirenitas mientras yo me dedicaba a otros menesteres. Para convertirse en Open Water Diver necesitas tener cuatro días más o menos libres en los que se combina teoría (más bien poca) y práctica durante algunas horas pero que te siguen permitiendo relajarte y disfrutar también de la playa (y de alguna que otra fiesta…).

Todas, con sus más y sus menos durante el primer día de prácticas de ejercicios en el mar, terminaron saliendo más que encantadas de la experiencia y me dijeron que estaban deseando volver al mar.

La felicidad tras unos días estupendos

La felicidad tras unos días estupendos

¿Y qué es lo que puedes ver en Koh Tao bajo el agua? Como muchos de los fondos en el Sudeste Asiático, la variedad de corales que hay en Tailandia es impresionante y en Koh Tao no lo es menos. Además, la cantidad de nudibranquios (una especie de gusanos marinos de muchísimos colores) que vi durante esos días fue tremenda, así como todo tipo de peces (ballesta, payaso, meros, lima, barracudas, loro…), gambas, preciosas rayas de puntos azules y las reinas del mar, las tortugas. Tuve la suerte de ver tres y de volver a emocionarme con ellas.

Con mucha mucha suerte puedes encontrarte con el magnífico tiburón ballena, lo cual, créeme, puede ser una experiencia religiosa como lo fue la mía haciendo snorkel con ellos en Filipinas.

Días de buceo en Koh Tao

Días de buceo en Koh Tao

Si todo esto no te ha convencido, yo ya no sé que mas puedo hacer para que te lances por la borda del barco pero, aún así, sigue yendo a Koh Tao, disfruta de sus playas, de su buen rollo, de sus miradores y, por lo menos, ¡haz un poco de snorkel!

Por cierto, que yo no me llevo nada pero si escribes a Brujo de mi parte (info@ihasiadivingkohtao.com) o te presentas en IHASIA como servidora hizo, te harán un 5% de descuento en tus cursos de buceo, inmersiones y en cualquier otra actividad que hagas con ellos como el kayaking, la escalada, free diving o en viajes de snorkel.

¡Felices buceos, amigos!

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